Aunque hoy en día se multiplican las campañas de publicidad en contra de los plásticos, es la clase de material que más versatilidad ofrece. Por ejemplo, el Poliestireno Expandido (EPS), conocido también como Porexpan, Poliespan o Corcho Blanco, es un material plástico cuyo proceso de moldeo consiste en expandir y soldar perlas de poliestireno expandido mediante vapor.

Solo el año pasado, se consumieron 46.000 toneladas de EPS en España. En el sector de la alimentación, el EPS es el material líder para el envasado gracias a su carácter no tóxico y químicamente inerte permitiendo el contacto directo con los alimentos. Además, está totalmente adaptado para el transporte de productos frescos y pescado debido a su alta capacidad aislante (lo que impide romper la cadena de frío), su resistencia a la humedad y su capacidad de absorción de posibles golpes.

Para implantarse en el mercado de las cajas para alimentación, Serplasa ha optado por una tecnología de última generación y de bajo consumo energético: una máquina Box-Foamer de Kurtz GMBH con moldes CoreLess desarrollados por el moldista Doroteo Olmedo S.L.

La peculiaridad de este tipo de moldes es su ligera estructura, lo que hace que reaccionen de manera extremadamente sensible a las influencias de la tecnología del proceso. De esta manera, se consigue ahorrar hasta un 60% de vapor, un 40% de agua y aire. Además, debido a la poca inercia del molde, se reduce el tiempo de ciclo ya que los tiempos de proceso relativos al calentamiento y enfriamiento son mucho más rápidos que en un sistema convencional.

Aunque sean de único uso, todas las cajas de EPS se pueden reciclar o ser reutilizadas para la recuperación energética gracias a su alto poder calorífico.